49 minutos de terror
Hope había entrado en el estadio sellado de los Yankees y se acomodaba en su asiento cuando algo le llamó poderosamente la atención . En el centro del campo cayó una simple gota de agua..
A medida que el reloj avanzaba, la gota se duplicaba con una cadencia silenciosa pero inexorable. Cada minuto, el campo se sumergía un poco más en el manto de agua, que se expandía en un crecimiento exponencial y generaba un espectáculo de una belleza y terror matemáticos que dejaban sin aliento.
A los 45 minutos una lámina de agua cubría poco más del 7% del estadio A los 49 minutos, la visión inicial de una gota solitaria se había transformado en un océano imparable que anegaba cada rincón.
El murmullo de asombro de la multitud, se transformó en un acuoso silencio en el estadio ahora totalmente inundado. Hope y todos los espectadores se habían ahogado. El estadio se convirtió en un recordatorio de las leyes inmutables de la naturaleza, una lección viviente sobre la potencia latente del crecimiento exponencial que aguarda en el corazón de la tecnología.
Leyendo el apasionando libro de Calum Chace “The Economic Singularity: Artificial Intelligence and the death of capitalism” llegaba al contexto del crecimiento exponencial., un término muy ilustrativo del momento en el que nos encontramos en relación a la tecnología y su imparable avance.
Crecimiento exponencial
El científico Roy Amara, formuló una premisa interesante relacionada con la innovación, la Ley de Amara. Esta sugiere que “tendemos a sobreestimar el efecto de una tecnología en el corto plazo y a subestimar el efecto en el largo plazo”. Este adagio no solo encapsula una verdad fundamental sobre la adopción y el impacto de la tecnología, sino que también ofrece una lente a través de la cual podemos explorar nuestras expectativas y prepararnos para el futuro inminente.
Uno de los contemporáneos de Amara, Arthur C. Clark, también se hizo eco de cuestionamientos similares, resaltando cómo las predicciones audaces sobre la tecnología a menudo se cumplen, no en el breve lapso inicial postulado, sino en un horizonte más distante. Clarke articuló que cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia, aludiendo a cómo las tecnologías revolucionarias pueden parecer surrealistas en su núcleo, hasta que se manifiestan y reformulan nuestra realidad.
La influencia profunda y transformadora de la tecnología
El crecimiento exponencial, un atributo fundamental de la evolución tecnológica, a menudo se malinterpreta debido a nuestra inclinación inherente hacia el pensamiento lineal.
Las tecnologías emergentes, desde la inteligencia artificial hasta la blockchain, están en una trayectoria similar de crecimiento exponencial. Aunque es difícil prever con precisión el ritmo y la magnitud de su impacto, la Ley de Amara nos recuerda que aunque las revoluciones tecnológicas pueden no materializarse tan rápidamente como anticipamos inicialmente, su influencia a largo plazo puede ser profunda y transformadora.
Las implicaciones de esta ley son vastas para los empresarios, los innovadores y la sociedad en general. Requiere una reflexión y planificación cuidadosa para navegar a través de las olas de expectativas infladas a corto plazo, mientras se prepara para aprovechar las oportunidades sin precedentes que la tecnología desbloqueará en el futuro.
No nos ceguemos por los hypes de la tecnología en el corto plazo pero preparémonos para su efecto transformador en el medio y largo plazo.
La historia está llena de ejemplos de predicciones ampliamente superadas por la realidad y la era en la que encontramos, será radicalmente transformadora para el ser humano.
¡Buena semana!
2 Comments
Daniel
Sin duda queda mucho por ver en los años venideros. Estaremos preparados 💪🏼. Buen contenido y la estructura esta genial!!! Keep it up 🫶🏼
Salvador Vilalta
Gracias por tu comentario Daniel!